Me lesioné la espalda alzando a mi hijo
Dolor Muscular y Corporal
La paternidad suele describirse en: crías, enseñas, consuelas. Todo eso forma parte del trabajo, pero seamos realistas por un segundo: ser madre o padre (especialmente de un niño pequeño) tiene una exigencia física importante.
Los pequeños pesan como balones medicinales en el gimnasio, y las madres y padres primerizos están constantemente alzándolos (y los juguetes que tiran por toda la casa), sentándose o tumbándose en el suelo para jugar con ellos, e inclinándose para ponerlos en los asientos del coche, las sillas para bebés, los columpios y las bañeras. Estos movimientos suelen implicar la contorsión del cuerpo, el cambio de peso y el uso de tus músculos de forma inusual.
No es raro que esto provoque tensiones y lesiones musculares. Meredith Rusu de 34 años y madre de dos niños (Matthew, de 2 años y medio, y Luke, de 8 meses) en Nueva Jersey, conoce muy bien esta sensación. Se lesionó la espalda justo después de que naciera Luke.
"Cuando Matthew, mi hijo mayor, estaba recién nacido, podía hacer recaer su peso sobre mis músculos abdominales mientras lo sostenía. Pero después de que naciera mi segundo hijo, Luke, mis músculos abdominales estaban prácticamente agotados. Cuando lo sostenía, acababa recurriendo a los músculos de la espalda y eso me afectó", dice Rusu.
En enero de 2017, poco después de que naciera Luke, Rusu empezó a sentir una punzada o espasmo constante en la parte inferior derecha de la espalda. "Seguía cargando a Luke con el brazo izquierdo para poder usar el derecho en tareas como alimentar a Matthew o a mí misma. Los músculos del lado derecho de mi espalda se equilibraban en una posición incómoda", dice.
La tensión muscular se agravó tanto que empezó a caminar cojeando y, a veces, el dolor le recorría toda la pierna derecha y la hacía estremecerse. "Me molestaba porque me resultaba muy difícil bajar las escaleras con cualquiera de los dos niños", dice. "Tenía que ir despacio, paso a paso. Y me sentía incómoda cojeando por el centro comercial y el supermercado".
Las siguientes estrategias ayudaron a Rusu a curarse en dos meses:
Utilizar una compresa térmica:
Rusu la utilizaba cada dos días durante 30 minutos seguidos en la zona que le dolía.
Llevar una venda para el vientre después del parto:
Esto la ayudó a sentarse y a ponerse de pie con más firmeza.
Consultar a un entrenador personal:
Una vez a la semana, un entrenador personal le ayudaba a fortalecer los músculos del torso y de los brazos para no tener que recurrir tanto a los músculos de la espalda.
Si alguna vez te duele la espalda y no sabes qué hacer, puedes tomar un medicamento de venta libre como Advil Max, y si el dolor persiste, llama a tu médico, quien puede diagnosticar el problema y ofrecerte un plan de tratamiento.